La verdadera humildad lleva... ¡a pedir perdón!”


Si alguna vez caes, hijo, acude prontamente a la Confesión y a la dirección espiritual: ¡enseña la herida!, para que te curen a fondo, para que te quiten todas las posibilidades de infección, aunque te duela como en una operación quirúrgica. (Forja, 192) San José María Escriba de Balaguer.

"Para nadie es un secreto que he buscado la redención, para nadie es un secreto que sigo buscando continuamente el amor, todo mundo podría ver, con solo observarme, que busco el Cielo, pero por Dios, he caído tantas y tantas veces".
"Hace tan solo unos meses le pedía a Dios por una mujer, ¿pero sabes?, me he vuelto a equivocar, elegí a una mujer que reflejaba mi inmadurez y me dejó".
"Hace algunos meses termine mi relación laboral con mi mejor amigo, y eso me duele, ya que no nos hablamos".
"He mentido, y he dejado de hacer las cosas que me gustan, me he olvidado de mis sueños, y no puedo sonreír tanto, pero, me esfuerzo tanto..."
"No se cual es mi camino, se que no debo actuar así, pero es que, si no tomo, no tengo argumentos, recuerdo que me hacen llorar, y no soy fuerte..."

No debería de ser tan difícil, dentro de nuestra conciencia aceptar las cosas.
Si quiero tener un equilibrio en mi vida, no importando la religión que profese, que, acuda a mi análisis personal y acudir a mi director espiritual, una persona preparada, de mi mismo estatus, que me escuche y que me guie.
Es importante, que entendamos la vida de piedad como una prioridad, ya que da pié a nuestra filosofía de vida, y que le da dirección y forma a nuestro plan de vida.
Sin este espacio, realmente todo se vuelve etéreo, todo es subjetivo, no tenemos un camino, no hay un sendero, no hay un objetivo que perseguir, la vida, se convierte en algo que no vale la pena vivir, es como ser huérfanos por elección ya que todos tenemos un padre que no nos abandona.
Si no hablas, si no confías, si no te dejas escuchar, no te podremos ayudar, nosotros tus hermanos, si no confías en nosotros confía en tu padre.
Te aconsejo, además de buscar, un equilibrio en acciones, que te acerques a un guía espiritual, búscalo, evalúa lo que te funciona, analízate por un momento y toma en seguida un plan que te acerque a ser esa persona que se cae, una y otra ves, pero que vive, y que se levanta una y otra ves, como dijo mi querido Dr. Pedro Bello, citando a un personaje ilustre: Lo verdaderamente importante en la vida es: Levantarse.
Pide perdón y levantate.

Quedo a tus ordenes.
Atte.
M.L.Jorge Edgar Mora Reyes.

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