El pueblo no necesita jefes, sino líderes. Por Joaquín Antonio Peñalosa
"El pueblo no necesita jefes, sino líderes".
Por Joaquín Antonio Peñalosa
(Tomado del libro "Minicharlas para pasar el rato", p.p.101 a 104)
Yo no se si hay mas crisis de autoridad o de obediencia, si en el mundo actual los que mandan no saben mandar o si los que obedecen no saben obedecer
Yo no sé si habrá que buscar la falla en la cúspide o en la base. No se trata de una cacería de brujas para detectar responsables, sino de movilizar al de arriba y al de abajo, para que cada cual asuma su propia función de responsabilidad.
Pero evidentemente la autoridad estará en crisis, cuando el que manda se contente con ser un jefe, sin decidirse a dar el estirón de LÍDER.
Lo que necesita una nación y cualquier grupo por pequeño que sea es no tener al frente a un oportunista arrogante, sino a un servidor sincero.
¿Qué diferencia existe entre el jefe y el LÍDER?
1. Para el jefe la autoridad es un privilegio de mando, para el LÍDER, un privilegio de servicio, el jefe ordena: aquí mando yo, el LÍDER dice aquí sirvo yo.
2. El jefe existe por la autoridad, el LÍDER por la buena voluntad. El jefe cree que es suficiente tener una buena investidura de mando conferido desde fuera para conformar a su gusto el pequeño planeta sobre el que impera. El líder no necesita estar exhibiendo ante los subordinados sus credenciales de legítima autoridad. Su empeño generoso, su dinamismo mágico, su actitud de entrega, son las mejores cartas con lo que los subordinados se enteran de que tienen una autoridad que no necesita imponerse por argumentos externos, sino por ejemplos entrañables. La autoridad del jefe se impone: la autoridad del LÍDER subyuga.
3. El jefe inspira miedo, se le teme, se le da la vuelta, se le sonríe de frente, se le critica de espaldas, tal vez se le odia en secreto. El líder inspira confianza, inyecta entusiasmo, envuelve a los demás en aires de espontánea simpatía.
4. El jefe busca un culpable cuando hay un error, el que la hace la paga, sanciona, castiga, reprende, en apariencia pone las cosas en su lugar, cree haber arreglado el mundo con un grito y una infracción.
Pero ha cortado la rama torcida.
El LÍDER jamás apaga la llama que aún tiembla, jamás cercena el tallo que aún reverdece. Corrige, pero comprende; castiga, pero enseña. Y sabe esperar. Por eso no busca las fallas por el placer masoquista de dejar caer el peso de la autoridad sobre el culpable, sino que arregla las fallas y de paso rehabilita al caído.
5. El jefe asigna los deberes, ordena a cada subordinado lo que tiene que hacer, a ti te toca esta parcela de la izquierda, a ti de la derecha, ahora a trabajar y cumplir cada quien lo suyo, mientras yo cumplo desde mis sillón, como ustedes se movilizan y ay del incumplido. El líder en cambio da el ejemplo, trabaja con los demás, su deber es el propio y el de todos, va al frente del ejército, la bandera en alto, marcando el paso.
6. El jefe hace del trabajo una carga, el LÍDER un privilegio. Los que tienen la desgracia de tener un jefe, trabajan en un ambiente de hastío, sin ilusión, ni coraje, simplemente porque tienen que trabajar y comer. Los que tienen un LÍDER, pueden cansarse del trabajo pero jamás se fastidian, porque el magnetismo del LÍDER abre las ventanas a los ideales que dilatan la alegría del vivir, de trabajar, de sonreír.
7. El jefe sabe como se hacen las cosas, el LÍDER enseña como se deben hacer, uno se guarda el secreto del éxito, el otro se vive poniendo flechas de tránsito para el trabajo común.
8. El jefe maneja la gente, el LÍDER prepara, el jefe masifica a la persona, la convierte en número, en ficha según deshumaniza subordinado por subordinado, hasta quedar con un puro rebaño sin rostro ni iniciativa. El LÍDER conoce a cada uno de los subordinados, los trata como personas, no los usa como cosas. Sabe que la comunidad no es una masa amorfa ni una colección de individuos en serie, respeta la personalidad, se apoya en el hombre concreto, lo dinamiza y lo pone en órbita.
9. El jefe dice “Vayan”, el LÍDER dice “Vamos”. LÍDER es aquel que promueve al grupo a través del trabajo en equipo, suscita la adhesión inteligente, reparte responsabilidades, forma otros LÍDERES, parte de los hechos y de la vida del grupo para llegar a los principios, consigue un compromiso real de todos los miembros, formula un plan de trabajo con objetivos claros, supervisa la tarea de todos y difunde siempre una mística, un ideal profundo, una esperanza viva, una alegría contagiosa.
10. El jefe llega a tiempo, el LÍDER llega adelantado, este es el santo y seña del verdadero LÍDER, un pie adelante del grupo, una mirada más allá de la mirada de los subordinados.El que ve más que los otros es el LÍDER. El que profetiza y vaticina. El que inspira y señala con el brazo en alto, el que no se contenta con lo posible, sino con lo imposible.
El que pone una estrella sobre el destino de un pueblo, de un hogar, de una fábrica, de una universidad, una estrella al alcance de la mano.
Por Joaquín Antonio Peñalosa
(Tomado del libro "Minicharlas para pasar el rato", p.p.101 a 104)
Yo no se si hay mas crisis de autoridad o de obediencia, si en el mundo actual los que mandan no saben mandar o si los que obedecen no saben obedecer
Yo no sé si habrá que buscar la falla en la cúspide o en la base. No se trata de una cacería de brujas para detectar responsables, sino de movilizar al de arriba y al de abajo, para que cada cual asuma su propia función de responsabilidad.
Pero evidentemente la autoridad estará en crisis, cuando el que manda se contente con ser un jefe, sin decidirse a dar el estirón de LÍDER.
Lo que necesita una nación y cualquier grupo por pequeño que sea es no tener al frente a un oportunista arrogante, sino a un servidor sincero.
¿Qué diferencia existe entre el jefe y el LÍDER?
1. Para el jefe la autoridad es un privilegio de mando, para el LÍDER, un privilegio de servicio, el jefe ordena: aquí mando yo, el LÍDER dice aquí sirvo yo.
2. El jefe existe por la autoridad, el LÍDER por la buena voluntad. El jefe cree que es suficiente tener una buena investidura de mando conferido desde fuera para conformar a su gusto el pequeño planeta sobre el que impera. El líder no necesita estar exhibiendo ante los subordinados sus credenciales de legítima autoridad. Su empeño generoso, su dinamismo mágico, su actitud de entrega, son las mejores cartas con lo que los subordinados se enteran de que tienen una autoridad que no necesita imponerse por argumentos externos, sino por ejemplos entrañables. La autoridad del jefe se impone: la autoridad del LÍDER subyuga.
3. El jefe inspira miedo, se le teme, se le da la vuelta, se le sonríe de frente, se le critica de espaldas, tal vez se le odia en secreto. El líder inspira confianza, inyecta entusiasmo, envuelve a los demás en aires de espontánea simpatía.
4. El jefe busca un culpable cuando hay un error, el que la hace la paga, sanciona, castiga, reprende, en apariencia pone las cosas en su lugar, cree haber arreglado el mundo con un grito y una infracción.
Pero ha cortado la rama torcida.
El LÍDER jamás apaga la llama que aún tiembla, jamás cercena el tallo que aún reverdece. Corrige, pero comprende; castiga, pero enseña. Y sabe esperar. Por eso no busca las fallas por el placer masoquista de dejar caer el peso de la autoridad sobre el culpable, sino que arregla las fallas y de paso rehabilita al caído.
5. El jefe asigna los deberes, ordena a cada subordinado lo que tiene que hacer, a ti te toca esta parcela de la izquierda, a ti de la derecha, ahora a trabajar y cumplir cada quien lo suyo, mientras yo cumplo desde mis sillón, como ustedes se movilizan y ay del incumplido. El líder en cambio da el ejemplo, trabaja con los demás, su deber es el propio y el de todos, va al frente del ejército, la bandera en alto, marcando el paso.
6. El jefe hace del trabajo una carga, el LÍDER un privilegio. Los que tienen la desgracia de tener un jefe, trabajan en un ambiente de hastío, sin ilusión, ni coraje, simplemente porque tienen que trabajar y comer. Los que tienen un LÍDER, pueden cansarse del trabajo pero jamás se fastidian, porque el magnetismo del LÍDER abre las ventanas a los ideales que dilatan la alegría del vivir, de trabajar, de sonreír.
7. El jefe sabe como se hacen las cosas, el LÍDER enseña como se deben hacer, uno se guarda el secreto del éxito, el otro se vive poniendo flechas de tránsito para el trabajo común.
8. El jefe maneja la gente, el LÍDER prepara, el jefe masifica a la persona, la convierte en número, en ficha según deshumaniza subordinado por subordinado, hasta quedar con un puro rebaño sin rostro ni iniciativa. El LÍDER conoce a cada uno de los subordinados, los trata como personas, no los usa como cosas. Sabe que la comunidad no es una masa amorfa ni una colección de individuos en serie, respeta la personalidad, se apoya en el hombre concreto, lo dinamiza y lo pone en órbita.
9. El jefe dice “Vayan”, el LÍDER dice “Vamos”. LÍDER es aquel que promueve al grupo a través del trabajo en equipo, suscita la adhesión inteligente, reparte responsabilidades, forma otros LÍDERES, parte de los hechos y de la vida del grupo para llegar a los principios, consigue un compromiso real de todos los miembros, formula un plan de trabajo con objetivos claros, supervisa la tarea de todos y difunde siempre una mística, un ideal profundo, una esperanza viva, una alegría contagiosa.
10. El jefe llega a tiempo, el LÍDER llega adelantado, este es el santo y seña del verdadero LÍDER, un pie adelante del grupo, una mirada más allá de la mirada de los subordinados.El que ve más que los otros es el LÍDER. El que profetiza y vaticina. El que inspira y señala con el brazo en alto, el que no se contenta con lo posible, sino con lo imposible.
El que pone una estrella sobre el destino de un pueblo, de un hogar, de una fábrica, de una universidad, una estrella al alcance de la mano.
Comentarios