Cuando hay conflicto de pareja y riesgo de ruptura: 8 interrogantes y 4 consejos

El divorcio o la separación no deberían plantearse sin pasar al menos por 8 reflexiones previas.





J. A. Antonio
A 6 de septiembre, el Instituto Nacional de Estadística ha presentado las estadísticas de Nulidades, Separaciones y Divorcios en 2009: ese año, más de medio millón de personas decidieron unirse (se celebraron 270.945 matrimonios, entre civiles y eclesiásticos) pero, al mismo tiempo, 106.166 parejas pusieron fin a su unión (y eso, sin contar las parejas que rompieron una relación sin registro legal alguno).
 
Aunque las rupturas matrimoniales descendieron un 10,7 % en 2009 respecto a 2008, este dato podría ser puntual, debido a la crisis (muchas personas esperan mejorar su economía antes de abandonar al cónyuge) o a que muchos matrimonios se realizan ahora con cónyuges extranjeros, que vienen de países con menos tradición divorcista (islámicos, sudamericanos, etc...).

En cualquier caso, por cada dos parejas que se casan, una se separa: un trauma que puede dañar durante muchos años a los implicados, e incluso no sanarse nunca.
 
Eduard Vinyamata, autor de numerosos libros sobre conflictología y profesor en la Universitat Oberta de Catalunya, explica que "las personas no se separan por un acto concreto, sino como resultado de un proceso de alejamiento, de pérdida de proyectos en común, de aquella capacidad necesaria para evolucionar juntos, de comprender las razones de uno y otro cuando individualmente se entra en crisis por motivos diversos, como los cambios bruscos de perspectiva, las dificultades laborales; para pensar y comunicarse de manera positiva".

Cuando hay una crisis en una pareja, el simple "aguante por paciencia" no suele funcionar: la paciencia es buena y útil, pero por ella sóla, la simple paciencia pronto se transforma en amargura.
 
Lo opuesto, la ruptura rápida favorecida por el "divorcio exprés" de la ley española, tampoco es sinónimo de conflicto resuelto: el "ex" sigue existiendo, los hijos comunes están ahí, las heridas personales se mantienen, los traumas siguen dañando...  Y el divorcio puede abrir la puerta a la pobreza (menos ingresos), la depresión (peor salud), etc...
 
Vinyamata propone una serie de preguntas básicas, un mínimo que deberían plantearse las parejas en crisis, incluso las que ya viven separadas, preguntas que pueden prever una escalada en el conflicto o incluso ayudar a los primeros pasos hacia la reconciliación.
 
Las 8 PREGUNTAS MÍNIMAS
 
Para iniciar un nuevo camino -plantea Vinyamata- "date tiempo y respóndete a estas preguntas":
 
1. ¿Sabes lo que quieres?
 
2. ¿Cómo te gustaría vivir y relacionarte?
 
3. Haz una lista de tus proyectos, qué te haría ilusión llevar a cabo; qué soluciones ves…
 
4. ¿Sabes lo que quiere y desea tu pareja?,¿qué le haría feliz?, ¿lo habéis hablado con calma (sin discutir)?
 
5.  Intercambiad las listas de vuestros proyectos e ilusiones y ved en qué coincidís o si pueden ser compatibles, al margen de las tensiones.
 
6. ¿Cuáles son tus mejores recuerdos de tu relación, cuando estabais enamorados?
 
7. ¿Cuáles son tus mejores cualidades como persona y de las que te sientes más seguro/ay satisfecho/a? (entre cinco y diez, detalla un poco). [Si consideras que no tienes cualidades destacables, enumera las que te gustaría tener y te harían feliz].
 
8. ¿Cuáles son las mejores cualidades de tu pareja? (cítalas y detállalas). Si crees que no tiene cualidades, especifica y detalla cuáles te gustaría que tuviera.
Cuatro consejos:
 
a) Date un poco de tiempo para asimilar estas respuestas, las consecuencias de este tipo de decisiones son importantes.
 
b) Trata de pensar de manera calmada y constructivamente, háblalo con aquellas personas en las que confías y con aquellas que te pueden aportar serenidad y objetividad, valora las ventajas e inconvenientes de tus decisiones.
 
c) Procura hacer todo cuanto puedas para vivir sosegadamente: dormir bien, hacer ejercicio o técnicas de relajación, organizarte las ocupaciones, comer sano, planificar las distracciones, pensar positivamente sobre la suerte de vivir, ocupar tu tiempo, expresar tus afectos a las personas que quieres, rechazar los sentimientos de odio, rencor o pesimistas.
 
d) Piensa bien y acertarás.

[Eduard Vinyamata es autor de Conflictología: Curso de resolución de conflictos (Ariel) y Aprender mediación (Paidós)]

Tomado de:

Comentarios

Entradas populares