"Dime de que presumes y te diré de qué careces"

¡Ay, si por tener criterio no tuviéramos pasiones!
Hay un dicho muy sabio: "Dime de qué presumes y te diré de qué careces". ¿No hemos constatado que justamente son los adolescentes los que se sienten más maduros y los que se creen con un criterio más formado? Y si hay que conocer de todo ¿nos olvidamos que existen las experiencias sustitutivas? O, con ese modo de pensar habría que inyectarnos células cancerosas para saber lo que es el cáncer. Si la vida misma se encarga de irnos mostrando todas las miserias en que somos capaces de caer los hombres, ¿a qué irías a ver morbosamente? Es como si en medio de un pantano hubiera una bella flor: ¿vale la pena arriesgarse a quedar enlodado por recoger una flor, cuando en terreno seguro y limpio las hay a millares? Pero sobre todo, si pusiéramos el arte sobre la moral, equivaldría a considerar las cosas materiales como más valiosas que el hombre mismo. El arte requiere siempre de una materia -celuloide, mármol, color, sonido- a la que el hombre le contenido y una forma. Pero la materia es inferior a quien valiéndose de ella crea la obra de arte. Antes de un artista, el hombre es hombre y no puede supeditar su fin como hombre, a su fin como artista. Vale más su integridad moral que todas las obras del mundo. Además, es cuestionable que en la inmoralidad se dé la belleza auténtica. Aunque cada valor es diferente, el valor moral tiene tanto peso, que generalmente  cuando cae, arrastra hacia abajo a los demás valores.

Valores y autoeducación, Maria Pliego B., Minos, 2004, México.

Pd. Seguramente vendrán a su mente artístas como Madona, Miguel Bosé, Lady Gaga, y tantos "artistas",  son ejemplos de lo que no es arte, libertad, amor y mucho menos educación, tomemos estos malos ejemplos para construir y no justificar "la moda" inmoral que destruye cierta humanidad e inocencia.

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