Enseñar a hacer | Josep Tàpies

Autor: Josep Tàpies

Fuente original: IESE Blogs

Enseñar a hacer es ayudar a las personas a aprovechar sus potencialidades para poder  vivir mejor. Hacerlo en una Familia Empresaria exige un esfuerzo mayor pero también ofrece grandes recompensas a la persona que enseña, porque enseñar ofrece una excelente oportunidad de aprender dos veces.

Tenemos la gran fortuna de poder vivir en el periodo de mayor divulgación del conocimiento de toda la historia de la humanidad. Las actuales  tecnologías de comunicación están ofreciendo la posibilidad de acceso inmediato a los conocimientos que hace tan solo algunas décadas atrás estaban reservados a círculos muy selectos. Este recurso hay que saber aprovecharlo, pero no sin tener primero en cuenta algo esencial que es la obligación de cumplir con las obligaciones que tiene cada familia.

En el caso de cualquier familia existen dos obligaciones fundamentales. En primer lugar está el deber de   proporcionar a los hijos los cuidados necesarios para que crezcan sanos y darles la mejor educación; siendo este último aspecto una cuestión que afecta todas las escalas sociales pues lo mas importante se enseña en casa. Un segundo deber es fomentar en ellos la sociabilidad, el proceso de enseñarles a relacionarse con los demás y el resto de la sociedad.

Estas son dos obligaciones que tienen todas las familias, pero en el caso de la familia empresaria, ésta se autoimpone una tercera obligación que tiene mucho que ver con el anunciado de este post.

La tercera obligación, implicita en una Familia Empresaria, es enseñar a hacer empresa. Es trasmitirles a los hijos la ilusión de ser empresarios. Y esto no se enseña ni en la escuela, ni en la universidad y mucho menos en las redes sociales digitales. Y en casa solo se puede enseñar esta cuestión si los hijos oyen a hablar de lo importante que es para la saga ser empresarios. No se puede amar aquello que no se conoce : Nihil volitum nisi praecognitum.

El seno de la familia empresaria ofrece una excelente oportunidad de desarrollar tanto las habilidades sociales, como las profesionales.

Enseñar a hacerlo es una de las principales responsabilidades de la generación al mando e independientemente de si la persona quiere ser empresario o no, los valores que aporta este aprendizaje serán muy importantes para cualquier profesión que uno escoja. Es un proceso que aporta valores como la cultura del esfuerzo, la austeridad y otros muchos valores, a la vez que desarrolla habilidades profesionales universales, como son la capacidad de organización, planificación, y trabajo en equipo, sin los cuales ninguna profesión puede tener éxito, a menos que consideremos a la de “genio” como una profesion.

En el caso de familias que hayan acumulado un patrimonio que quieran preservar, un órgano que puede ser muy útil en el proceso de enseñar a hacer es el Family Office. Es una parte de la estructura de gobierno de la familia empresaria, cuya función principal es ofrecer a nuestros hijos la posibilidad de administrar nuestro patrimonio con austeridad y ambición, con el propósito de:

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