Una reflexión para nuestro tiempo.

El conocido que afirma que "quien no vive para servir, no sirve para vivir", coincide con el mensaje cristiano acerca del servicio la autoridad. Jesús enseñó y vivió la centralidad del servicio a los necesitados como expresión esencial del amor a Dios. En realidad, como enseñan algunos maestros cristianos, el ser humano es el rostros visible de Dios. Quien ame y crea en el Dios de Jesucristo no podrá reconocer su presencia en otro sitio que en el rostro de sus hermanos. Los ministerios de autoridad, los cargos públicos y los roles directivos no son una especie de lotería ni un privilegio honorífico, son una llamada exigente que nos dirige el Padre para que dispongamos nuestros recursos y nuestras capacidades al servicio de los bienestares personal y comunitario.

Asamblea Eucarística. MR. Año XXVII, No 9, septiembre 2009.

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