Miguel Ariño | Toma de decisiones y comportamiento ético

200069670-001

Las escuelas de negocios no tienen una relación directa con el comportamiento ético...pero deben proponer una pragmática reflexionada y un actuar ético, al menos en un inicio, ya que el reto siempre es mayor.

Generalmente todo viene desde una célula social fundamental, por ejemplo la familia, pero por otro lado la empresa y las instituciones son responsable de la deontología profesional.

Hemos de recordar que solo se educa por medio del testimonio, siendo así, un centro educativo comprometido con el buen actuar y la educación deberá de contratar buenos maestros que enseñen lo importante: a ser personas.

No importando la asignatura, ni la especialidad, al final recaeremos en la persona, una buena decisión generalmente es tomada por una buena persona tomando en cuenta todas las esferas y dimensiones, que claro es mas dificil, pero tiene mayor valor. 

Carlos Llano comentaba que la técnica y la ciencia, debe de estar supeditadas por las humanidades y la ética. La toma de decisiones podría terminar siendo una simple técnica.

Dejo, el interesante punto de vista de Miguel, otra perspectiva que vale la pena constrastar y dialogar.

Pd. La misma deontología que se pide a los empresarios, se le exige a los profesionales en general y a los de la comunicación que muchas veces magnifica lo trivial y vive en "estado de opinión" confundiendo al público en general. No es el caso del profesor y especialista como lo es Miguel. Recomiendo ampliamente su libro “Iceberg a la vista”.

Fuente original.

Autor: Miguel Ariño

En algún momento, en medios de comunicación y en otros foros ha surgido el tema de qué parte de responsabilidad tienen las escuelas de negocios en la actual crisis económica. Que si lo que en ellas se enseña ha facilitado unas prácticas directivas excesivamente centradas en el logro de beneficios a toda costaQue si no se ha puesto suficiente énfasis en la responsabilidad ética en la practica directiva, etc. También se habla de este tema cuando surgen sospechas de conductas dudosas en algún personaje relevante.

A raíz de esto muchas escuelas de negocios se han preguntado qué lecciones debían aprender de la actual situación. Han reelaborado sus programas de estudios y han puesto un mayor énfasis en sus cursos en el comportamiento ético de los directivos.

Yo, lo que he aprendido de todo esto es que debo seguir impartiendo mis clases del mismo modo como lo he venido haciendo hasta ahora: seguir poniendo énfasis en que la actividad económica y empresarial se debe centrar en la persona y no en los beneficios. Que los beneficios vienen después de hacer las cosas bien. Que hay que tener en cuenta no solo las consecuencias económicas de las decisiones sino también el impacto que tienen en los demás y en nosotros mismos. La actual crisis económica no ha hecho más que ratificarme en que el enfoque que doy a mis clases es el adecuado. Este ha sido mi aprendizaje.En definitiva que en la actividad económica y empresarial hay que cumplir los diez mandamientos.

Hay un error que me gustaría aclarar en este mensaje. Se piensa con frecuencia que la falta de comportamiento ético es propio de personas poco íntegras. Mi apreciación es distinta. Yo creo que la falta de comportamiento ético es propio de las personas poco inteligentes. Lo inteligente es actuar con integridad. Pues el principal perjudicado de los comportamientos inmorales es uno mismo. Y esto es ser tonto. En mis clases no enseño a ser buenos sino a razonar. A no actuar como un tonto.

Una buena decisión que podeis tomar esta navidad es regalar varios ejemplares del “Iceberg a la vista”. Después de estar cada jueves durante dos años acudiendo a la cita con los blog-lectores bien me podeis permitir esta cuña publicitaria. Feliz navidad a todos. Especialmente a los que habeis sido antiguos alumnos míos y a los que os conozco personalmente.

Comentarios

Entradas populares