Cogito ergo sum | Miguel Ariño

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Fuente original: miguelariño.com

Autor: Miguel Ariño

Comentaba hace unas semanas que conocer la realidad es imprescindible para tomar buenas decisionesSiempre se había pensado que la realidad es la que es y que nosotros la podemos conocer mejor o peor y así estar en la verdad o estar equivocados. Pero el “cogito ergo sum” de Descartes derivó en que las cosas son lo que cada uno piensa que sonY este fue el origen del monumental caos actual.

Si las cosas son lo que cada uno piensa que son, entonces si alguien piensa que robar es bueno ¿Qué autoridad en la tierra puede discutírselo? Si alguien piensa que es legítimo matar a un ciudadano para defender la independencia de un territorio ¿Qué autoridad en la tierra puede discutírselo?

No, por muy contracultural que parezca y por muy cómodo que uno se sienta creando su verdad, la verdad no la creamos nosotros. La verdad está en las cosas. Desmantelar el relativismo moral al que estas ideas conducen es uno de los objetivos de Benedicto XVI. Yo pienso como el republicano Antonio Machado: existe la verdad objetiva. Machado lo manifestó en muchas de sus poesías:

“Tu verdad no, la verdad; y ven conmigo a buscarla; la tuya guárdatela”

“El que espera desespera, dice la voz popular; Que verdad tan verdadera; Verdad es lo que es; y sigue siendo verdad; aunque se piense alrevés”

“El ojo que tú ves, no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve”

“En mi soledad; he visto cosas muy claras; que no son verdad”

Conocer la realidad es imprescidible para tomar buenas decisiones. Sugerencia de esta semana: buscar la verdad. Cuestionar nuestras “verdades”. Nos va en ello cómo orientar nuestra vida y en definitiva nuestra felicidad.

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