Reality Shock

Buscando material de apoyo, para una plática referente a la voluntad, encontré un maravilloso libro del reconocido psiquiatra Enrique Rojas. 
En un apartado de sus ideas ordenadas y claras, que ayudan a una mejor comprensión de la lectura, encontré algo referente a la cultura. La cultura hace al hombre más libre y con criterio, algo que siempre comento con mis preceptuados o asesorados y que trato de cultivar en mi vida, hay que educarse, para poder ser más dignos y libres, aprender a ser hombres y mujeres con toda la extensión de la palabra.
 El autor maneja que una de las barreras a la culturización de las personas es definitivamente la televisión basura y pone como ejemplo los ya tan populares realities.
Hace ya algunos años cuando estaba en la preparatoria comenzaba el auge de los famosos realities, o como la mercadotecnia los quiera llamar, y mas que llamarnos la atención a mi familia y a mí, nos daba pena ver tan ridículas formas morbosas de cómo la gente es manipulada por un guión.
 Hoy comentaremos un poco más sobre lo que estos realities son para nuestra vida cultural, y quien mejor que Enrique Rojas para ponernos a pensar un poco de lo que vemos y permitimos en nuestra casa, templo de la individualidad, intimidad  y personalidad de cada ser humano.
El siguiente fragmento fue tomado del libro : “La conquista de la voluntad”, Enrique Rojas, (Pg. 25),  España, Ediciones Temas de hoy, 2004.
“Últimamente se ha puesto de moda, con acierto, la expresión televisión basura,  que contiene  en su seno, masivamente, pornografía, sexo fácil, violencia, concursos absurdos y los llamados reality shows. Estos últimos merecen un apartado aparte. Estos dramas de la vida real sirven de ganchos de audiencia, convirtiéndose en géneros de moda en las cadenas de todo el mundo. Este recurso morboso se aliña a base de un hecho breve, visualizable, lleno de dramatismo, sufrimiento, violencia… ¿por qué se utiliza? Porque el morbo vende, y su lenguaje nos bombardea con sensaciones más que con ideas.
Aquí se cumple otro principio: la tendencia de la televisión a procurar entretener y hacer pasar el rato a costa de lo que sea.  De ahí que ese caleidoscopio de horrores, ese desfile de situaciones trágicas, no sea otra cosa que cultivar  una curiosidad malsana.
Interesa la vida ajena convertida en dolor. El telespectador llena su vacío sumergiéndose en escenas patéticas, con lo que uno se queda relativamente tranquilo con su vida, al compararla con lo que está viendo. ¡Qué lejos está todo esto de la cultura! Con esa mediocridad el hombre no llegará muy lejos, pues queda indefenso intelectualmente, siendo fácil presa de la manipulación de cualquier mensaje.
La cultura hace al hombre más libre y con más criterio. Ser culto es ser rico por dentro, tener más claves para interpretar de forma correcta la vida humana. Si cualquier filosofía significa meditación sobre la vida, la cultura es el texto eterno que habita en el interior del ser humano.
La cultura es como una segunda naturaleza; eleva por encima de lo inmediato, ayuda a madurar, contribuye al progreso personal”.



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